sábado, 16 de agosto de 2014

¿Te sientes solo?

Las estadísticas dicen que rebasamos ya los siete miles de millones de personas en el mundo. La BBC Mundo, en el año 2011 dejó un link donde se puede mirar, de acuerdo al nacimiento, qué lugar ocupa cada persona (con referencia a la fecha de nacimiento), en el mundo.
Ver www.bbc.co.uk/mundo/noticias/2011/10/111027_7_mil_millones_y_usted.shtml
Entre tantos miles de millones de personas, es posible que alguien se pierda. 


Y lo absurdo es que alguien se sienta solo, en medio de miles de seres humanos. Pero es una realidad, porque la soledad no es ausencia de personas, sino de compañía. Puedes estar rodeado de una multitud y aún así, sentirte solo. Hay personas que experimentan soledad en su propia familia y comunidad.
Jesús, conociendo los problemas de soledad que vive una persona, dijo una frase maravillosa: 'Estaré con ustedes todos los días' (Mateo 28:20).  No hay un sólo día en que El te abandone. Puede que otros se alejen, pero El te garantiza Su Compañía. 
Y es que Dios, a través de toda la Biblia, deja un mensaje de seguridad para todos: Yo estaré con ustedes. Decenas de pasajes donde nos dice lo mismo: Te acompaño en el viaje de la vida:

Ante peligros: 'Aunque andes en valle de sombra de muerte no temeré, porque tu estarás conmigo' (Salmo 23:4)

Frente al temor al abandono: ' No temas porque yo estoy contigo' (Isaías 41:10)

En el andar diario: 'Estaré contigo donde quiera que vayas' (Josué 1:9)

En medio de la fatiga: 'Mi presencia irá contigo y te daré descanso' (Éxodo 33:14)

Y así muchísimos versículos más. Si es así, ¿por qué tanta gente vive hoy sumergido en la soledad? ¿Por qué algunos corren de aquí para allá buscando compañía (la que sea)? Isaías nos dá la respuesta: hemos hecho cosas que nos han separado de Dios (Isaías 59:1-2). 
El es la fuente que sacia la sed de compañía y separados de El, es difícil que llenemos ese vacío. Ni fiestas, ni amigos, ni diversiones. Nada llena el vacío que hay en el corazón de una persona que vive alejada de la Fuente. Fuimos creados por El para ser seres sociables. Nos gusta la compañía de otra persona. Pero ni una multitud logra llenar el lugar que le corresponde a Dios en nuestro interior.

Así que Dios nos dice: 'Vengan y arreglemos el pleito' (Isaías 1:18). Pongámonos de acuerdo y hagamos las paces. Dios no quiere enemistad con sus hijos. El dio el primer paso para reconciliarse con nosotros, aquella tarde, en la Cruz del Calvario. Allí abandonó a Jesús para acercarse a nosotros. Dejó a Jesús sólo para que nosotros recibiéramos Su Compañía. Eso es redención. Ponernos a cuentas con nuestro Padre.
 
 
 

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